Corrosión del zinc

CORROSIÓN DEL ZINC.

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Por Manuel Álvarez.

Como es conocido, la corrosión es un fenómeno que ocurre en la interfase metal/medio agresivo generalmente de naturaleza electroquímica que  conduce a la degradación de los metales , iniciándose en la superficie, avanzando a partir de esta y conduciéndola hasta la destrucción total de los materiales sin ninguna medida de protección fue tomada en el momento debido. 

Se entiende por corrosión, la destrucción de los cuerpos metálicos por acciones de agentes externos, persista o no su forma.

Una de las principales causas de ruina de  la cubierta de zinc es la corrosión de la chapa.

chapa de zinc corroída

  El material, tanto el de acabado natural como el pre-patinado se presentan en el mercado con las máximas garantías. Por tanto, en principio, si sufre alteraciones son consecuencia de factores externos que han de tenerse en cuenta previa a la instalación y durante la misma.   

El zinc, instalado en sitio adecuado y de forma optima no tendría por que dar absolutamente ningún problema Se pueden ver cubiertas  con muchos años al igual que ornamentos que siguen cumpliendo su cometido, de modo que  habrá que analizar el porqué de algunas alteraciones en cortos periodos de tiempo. Algún conocido fabricante en sus recomendaciones iniciales incluía:  “Consecuencias de la mala comercialización o instalaciones provocan alteraciones importantes en el conjunto de las obras. Debido  la naturaleza química del producto, las malas condiciones de almacenamiento o transporte pueden causar alteraciones importantes en las acabadas. Las posibilidades de transformación obligatorias requieren de equipos, consejos y experiencias precisas”  

Quiero Precisar que los  algunos  fabricantes poco se ha preocupado de que  sus recomendaciones se tuviesen en cuenta,   de lo contrario posiblemente no estaríamos asistiendo a tantas  cubiertas en estado ruinoso, que precisamente se hicieron siguiendo   recomendaciones de representantes de esos mismos fabricantes. Por si no se entiende el párrafo: Se daban unas recomendaciones muy severas para el almacenamiento, por el contrario en  la instalación , todo se resolvía (y aún se sigue resolviendo)  con una lámina especial, variopintos accesorios etc, etc, eso sí, con sello de la casa es decir “homologados” y adornados con unos precios supra . Y si no se hacía así, es decir, gastándose un pastizal, la cubierta no tenía garantías. ¿Y ahora que?;  cubiertas que realizadas así, con todas las majestuosidades, se vea que el zinc se descompone, se corroe, que hay que retirarlo ¿Cual es la respuesta? Pues muy simple, que se hizo mal, que se planifico mal,  lo que se vendía como inmejorable solo obedecía a intereses económicos. ¿Y si tenemos que retirar la cubierta la volvemos a realizar igual, o buscamos otro sistema? No estaría de menos que quienes a más le interesa la venta,  esos que van sacando novedades cada vez más novedosas  primero nos ilustrasen de como puede llegar el zinc al extremo de ser inservible, de pudrirse para luego darnos el consejo  de como hacer una nueva  instalación con garantías. Porque si la volvemos a realizar igual,el resultado ya lo conocemos. Claro, como hay que cambiar el sistema, eso supone reconocer que el anterior no era el indicado que sin embargo se vendió como el mejor.  Reconocer  supondría hacerse cargo y por eso es mejor dejar  que cada cual se las arregle como pueda. 

  A primera vista, uno de los fenómenos que más pudieran  agredir al zinc son los atmosféricos, pero no por ello hemos de pasar por alto  otros que pueden resultar más agresivos y que también los manejamos para su instalación,  tales como los complementos que se hacen necesarios para la optima instalación de la hoja de zinc. De hecho, la mayoría de las cubiertas que manifiestas patologías graves, ellas vienen producidas desde el interior. Es decir, se generan en la cámara oculta, esa cámara que tan de cabeza trae a los alquimistas que se han hocicado en resolver el problema recomendando sus láminas de separación, incluso imprimando el zinc por su cara interior, todo al objeto de que no le ataquen los fenómenos que en esa cámara se producen. Lo cierto es que algo sí se va logrando y es más que nada dar opciones para otros pocos años y todo basándose en los ensayos de laboratorio. ¿tan difícil es reconocer  como trabajaban aquellos que pudieron ser nuestros maestros, es decir, que instalando la chapa sobre un simple soporte compatible consiguieron que aún podamos disfrutar de la belleza de muchas cubiertas centenarias? . ¿ Que está ocurriendo para que en la actualidad la mayoría de las cubiertas de zinc estén dando problemas principalmente de corrosiones ? Preciso que la mayoría de las corrosiones tienen su origen en la cara interior de la chapa de zinc, entendiendo esta como la cara oculta que es la que más protegida está, pues ella no se siente atacada por los meteoros ni por otro fenómenos agresivos que se dan a la intemperie. 

La corrosión puede manifestarse de interior a exterior o a viceversa, lo que significa que puede provenir de orígenes  totalmente distintos.  La atmósfera esta mucho más contaminada en nuestra época actual que hace 50 años, contra esto poco podemos hacer, pero a sabiendas del riesgo se deberían de tomar debidas precauciones. Sabemos que el zinc se comercializa en diferentes grosores, para cubierta se pueden considerar desde 0,65 mm. a 0,8 mm.   Conociendo las propiedades naturales del metal, podemos concluir en que la chapa por sí sola no terminaría siendo muy longeva, pero sí tiene esa particularidad el zinc  es la de auto-protegerse. En contacto con el aire seco el zinc se conserva  a temperatura ordinaria. En el aire húmedo se cubre de una película gris, que preserva las capas inferiores de ulterior oxidación. Esta película está formada por una capa de hidróxido y metal; al cabo de algún tiempo toma color blanquecino por la acción del ácido carbónico, formándose carbonato bárico hidratado. Este se adhiere bien, pero es soluble al agua que contenga anhídrido  carbónico y amoniaco.  La oxidación del zinc es tanto mayor cuanta más grosera es su estructura cristalina. Como  producto secundario se forma peróxido de hidrógeno. El aire en movimiento oxida más el zinc que el aire en reposo. Según la proporción de gas carbónico que contenga, el aire húmedo actúa con distinta intensidad, la acción es más enérgica en presencia de gas sulfuroso.

El hierro que queda al descubierto puede ser causa de que se acelere la destrucción de una cubierta de zinc.

Si tenemos en cuenta que la capa de protección  se crea desde el propio metal en su superficie, es fácil despejar que la chapa pierde grosor de metal virgen y  por tanto densidad y resistencia. Si la atmósfera es agresiva (dependiendo de la zona en que esté situada la cubierta) y habida cuenta de que las tolerancias permitidas en los grosores pueden irse a la baja,  se debería de emplear un zinc más grueso dentro de la escala. Por otra parte, sería muy conveniente el dar pendientes pronunciadas a los faldones, de esta manera la cubierta de va a auto-limpiar, la fuerza del agua de lluvia va a arrastrar en su recorrido los depósitos sólidos que pueda haber almacenados sobre la chapa.

 En algunas  situaciones tienen alta importancia  fenómenos tales como la descomposición de los vegetales. El leñoso o celulosa que componen casi toda la sustancia sólida de las plantas, se descompone en el aire húmedo absorbiendo oxigeno , desprendiendo un volumen de ácido carbónico igual al del oxigeno absorbido , dejando sobre las cubiertas una materia llamada mantillo, compuesta de mucho carbono y poco oxigeno e hidrógeno . Esta descomposición es lenta y se verifica en el oxigeno del aire, el hidrógeno de la sustancia vegetal se une con el oxigeno del aire para formar agua y un cantidad proporcional de oxigeno de aquella se desprende combinada con el carbono , debiendo quedar entonces un exceso de este último.  

Tanto más escasa sea la pendiente. más posibilidades  hay  que se vayan creando depósitos sólidos que pueden contener esas sustancias  agresivas, por otra parte son altamente higroscópicos  y puede activar la corrosión del metal.  Tal efecto destructor, que sobre las superficies metálicas opera el moho u orín producido por la humedad y el ácido carbónico contenido en el agua, en contacto con el zinc

corrosión entre dos chapas despues de una reparación.

La oxidación de los metales, principio y agente de su corrosión, es tanto más activa cuanto mayor es el grado higrométrico y más elevada la temperatura., y se acelera rápidamente por acciones galvánicas que consumen rápidamente el metal. Tales causas son las principales que se han de procurar  evitar o contrarrestar. La acción galvánica no solamente se  produce entre metales distintos: partes distintas de un mismo trozo de metal pueden estar suficientemente separadas en la serie electro-motriz, debido a diferencia de densidad.  

Ante la imposibilidad de proyectar   fuertes pendientes, se debería de acudir a una chapa de más grosor y  no estaría de menos el hacer limpiezas periódicas de la cubierta durante los primeros años de vida ya que pueden acumularse residuos sólidos, ellos pueden contener elementos que lleguen a combinar negativamente con la chapa de zinc. Por otra parte, empleando chapa de más grosor, sera mayor el espesor una vez creada la pátina pátina. la pátina es la que definitivamente va a proteger la chapa. 

Otro factor importante a tener en cuenta es la proximidad de chimeneas de calefacción u otras  que emanen gases de combustión  de gasóleo, o industrias cercanas que puedan emitir gases contaminantes para el zinc. Se ha alertado mucho a cerca de las chimeneas instaladas sobre las cubiertas de zinc, sin embargo  no esta totalmente demostrado que todos los gases de combustión agredan al zinc ya que nos hemos encontrado en situaciones en las que residuos de gases terminan depositándose sobre la chapa creando ellos mismos una capa de protección.
En la imagen podemos ver chapa de zinc cubierta totalmente cubierta de oxido a consecuencia del gas de combustión de gasóleo que desprende una chimenea situada en la cubierta. la chapa esta funcionando perfectamente después de 19 años. Viendo esto se puede concluir que no siempre el zinc es atacado por los gases como se viene afirmando categóricamente. 

 


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