PATOLOGÍA EN CUBIERTAS DE ZINC

Podríamos denominar la PATOLOGÍA, en este caso, como ciencia que se propone estudiar los procesos morbosos de la chapa de zinc una vez instalada en una cubierta.

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Debe considerarse así, la patología, como ciencia por tener sujetos  y métodos propios de investigación que la caracterizan.
Aplicando así la patología, la podemos entender como una ciencia autónoma en la que objeto consiste en el estudio del comportamiento del zinc por influencias internas o externas, físicas o químicas.

Los métodos patológicos  que en nuestros estudios mantenemos son la observación, la experimentación  y el raciocinio. la observación que es el resultado de aplicar atentamente los sentidos a los fenómenos que se desarrollan en el metal. la observación directa y seguida del material una vez instalado, pone de manifiesto la manera de producirse los fenómenos, como se desarrollan y modo de atajarlos, si cabe.
El raciocinio   es la filosofía de la observación y experimentación. los hechos recogidos y la anotación de los experimentos, de poco nos servirían si el raciocinio no formula un criterio apropiado para cada caso morboso.
la repetición de casos o sus analogías nos permiten erigir veraces doctrinas, teorías e hipótesis que vamos dando a conocer.

MUCHOS FENÓMENOS PODRÍAN SER EVITABLES.

Ese zinc que se vendió, se vende  como eterno, como inmejorable para las cubiertas. Precisamente  una  de las alteraciones  que mayormente  está acusando  son  corrosiones. Cubiertas con muy pocos años dejan ver  este fenómeno que termina llevándolas a la ruina total. Lo más sorprendente es que quienes tanto han promocionado la chapa de zinc “escondan la cabeza bajo el ala” y  no se pronuncien acorde con la realidad, con la realidad de lo que está sucediendo. Que nosotros sepamos,  no se están dando razonamientos concretos a cerca del comportamiento negativo, ruinoso de la hoja de zinc que , en muchísimos casos se está viendo a lo largo de nuestra geografía.

Los datos de cubiertas ruinosas que barajamos son tan suficientemente alarmantes que bien merece destinar tiempo a un estudio en profundidad a fin de dar con los fenómenos morbosos que alteran el metal,  y no seguir cayendo en el error de prescribir cubiertas con sistemas que sabemos que no funcionan.

Es incomprensible ver como la demanda de la hoja de zinc  más que mantenerse  crece y se siguen utilizando los mismos sistemas de instalación que están conduciendo a la ruina a las ya realizadas. 

Imagen de chapa de zinc inservible a consecuencia de la corrosión (cubierta con pocos años de vida )

El ZINC, se viene utilizando a lo largo de la historia como elemento principal en cubiertas, antaño su presencia era mucho mayor en edificaciones representativas las que incluso se terminaban  coronando  con ricas  ornamentaciones de este material. En muchas de esas edificaciones aún se puede contemplar el zinc con el desgaste lógico del paso del tiempo, que además le aporta esa característica de color tan singular.

Lamentablemente tenemos que destacar en la actualidad lo evidente y es que con muy pocos años de vida, en ocasiones por debajo de los 5 , el zinc se agota  acusando  patologías que no se dan así en las cubiertas más antiguas.
Bien es cierto que hasta hace unos cuantos años, en nuestro país el empleo de la hoja de zinc en cubiertas era muy pequeño, se utilizaba en mayoría como complemento en otro tipo de cubiertas para resolver encuentros, para recogidas de agua, ornamentos etc, . Todo cambió y su utilización pronto  empezó a ocupar los primeros puestos, pasando muy por encima de los materiales tradicionales por nosotros empleados, pizarra, teja por ejemplo.

Es lógico pensar que nadie en aquellas épocas auguraba un  futuro ruinógeno, presente que estamos viviendo, ¿ o quizás sí ?. Sí o no, la realidad no deja lugar a dudas, son muchas,  demasiadas las cubiertas dispersas por toda nuestra geografía, por todo el mundo,  que traen de cabeza a sus propietarios o responsables, que empiezan dando escasa importancia a una pequeña humedad, pasando de reparar una pequeña gotera a finalmente   sentir verdadera impotencia. Aquellos que les vendieron majestuosidades o no aparecen o se terminan culpando unos a otros o culpando a la atmósfera que lo puede todo. No nos circunscribimos  a construcciones ni a zonas  concretas, los fenómenos adversos se pueden dar en todo tipo de construcciones publicas o privadas, grandes y pequeñas, en el centro, en la montaña o en la costa, en la ciudad o en el rural, es decir, todas pueden ser   susceptibles de sufrir esos daños, la realidad así lo demuestra.

Sería de gran utilidad  que los  que,   alardeando de que llevan años en el sector se consideran expertos dando consejos por doquier, estudiasen  o simplemente leyesen  y se ilustrasen para terminar  reflexionando   sobre esto del funcionamiento de las cubiertas de zinc.

Muchas cubiertas se arruinan hasta el punto de deshacerse totalmente la chapa  y los autollamados “expertos” las conocen ¿cómo es posible que no sepan dar un diagnóstico razonando a lo que sucede con aquello que han aconsejado con tanta firmeza ? como son los soportes de tableros , las láminas “de ventilación” los adyacentes fabricados a propósito para las ventilaciones tales como  lagrimeros, beatas, cumbreras, laterales  etc etc. Todos estos adyacentes, complementos o como se les quiera llamar, a juicio de este autor son una pantomima, sirven más que nada para engrosar el presupuesto y obtener pingües beneficios económicos. O de lo contrario, ¿porque realizadas las cubiertas con tanto adorno y siguiendo ciertas directrices se corroen? Lo peor de todo es que nadie sabe o no quiere decir cual es la causa que por otra parte es evidente.

Si la chapa se corroe partiendo de la cara oculta es muy sencillo deducir que algo la está atacando, pues hasta ahora, que sepamos, el zinc tiene que ser ayudado por algún otro elemento para que despierte el fenómeno de la corrosión, esos elementos se utilizaron  en la instalación y se vendieron con todas las garantías, es más, sin ellos, a priori, no se garantizaría la durabilidad de la chapa. Claro, reconocer que los adyacentes son los que conducen a la destrucción significa apechugar con la culpa teniendo que asumir la recogida de lo que recomendablemente se hizo. Al final nadie se aclara, en la mayoría de los casos se termina dirimiendo en foros judiciales.  

Convendría que los  fabricantes o sus filiales dedicasen tiempo al estudio de campo,  para así ver y llegar a conclusiones firmes   de porqué se producen de forma tan masiva ciertas alteraciones   y prescribiesen únicamente las conocidas  soluciones efectivas, a menos para que nuevas cubiertas que se realicen se hagan con sistemas que estén estén experimentados,  lejanos de la duda.  

Una de las patologías que más se repiten son las corrosiones electrolíticas, en menos medida las roturas por tensión. En cualesquiera de los casos ,  corregir estos fenómenos es sino imposible muy difícil.

Rotura por tensión
Rotura por tensión. Se volvió a reproducir después de repararse con estaño.

Sabido es que las corrosiones electrolíticas se producen dada la formación de un pila entre el zinc y elementos generalmente interiores masivos como pueden ser los tableros, también nos hemos encontrado este mismo fenómeno en ausencia de tableros instalado el zinc directamente sobre una lámina. (de este fenómeno hablamos en otro articulo). Se puede llegar a atajar el problema cuando la corrosión se presenta puntual y se llega a tiempo, aunque son mínimos los casos.

Por otra parte, las roturas por tensión se producen a consecuencia de dilataciones y contracciones de la chapa de zinc, cuando sucede este fenómeno suele ser  a consecuencia de obstáculos que no permiten los libres movimientos, generalmente son defectos de instalación. las roturas se producen mayormente en las juntas alzadas cuando están realizadas a doble pliegue y  las chapas son curvas o de longitudes considerables, vemos un ejemplo de rotura por tensión en la imagen anterior, en la misma imagen se puede ver como se intentó reparar la rotura con estaño sin embargo de nuevo se volvió a romper. La reparación se hizo con absoluto desconocimiento del fenómeno, limitándose a cubrir la grieta con estaño  para evitar la entrada de agua. Puede ocurrir que las roturas se lleguen a producirse incluso en las fijaciones y no las veamos, no deja de ser este fenómeno menos grave, pues se queda la chapa libre ofreciendo mínima resistencia al viento.

Rotura por tensión en la grapa de fijación (grapa fija)

 

Asociaciones de techadores repartidas por el resto de Europa, no son ajenas a los  problemas que se están dando en las cubiertas, principalmente de zinc, cobre y plomo.  (  https://www.nfrc.co.uk/blog/nfrc-blog/2016/01/20/corrosion-of-fully-supported-metal-roofing-the-situation  ) y están dando instrucciones firmes  para que se planifiquen bien las instalaciones y así poder evitar resultados tan negativos.

(ver imágenes)

Manuel Álvarez