PROBLEMAS QUE PUEDEN ACUSAR LAS CUBIERTAS DE ZINC

INCOMPATIBILIDADES DE LA CHAPA DE ZINC.

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Si pedimos asesoramiento sobre el funcionamiento de la chapa de zinc, muy poco, poco o nada nos van a decir sobre las contrariedades y para mas inri los facultativos, en su mayoría,  tienen la única información que les llega desde dossieres partidistas enmascarados en algún caso con eso del D.I.T.
Cuando demandamos información sobre el comportamiento del zinc, Más bien nos van a hablar de lo excelente que es el material, de que sumándole algunos adyacentes, de parte,  contaremos con una cubierta eterna. Ya, ya. ¿Por qué fracasan las cubiertas de zinc hechas en unas condiciones determinadas que se conocen? 
Es curioso, pero se ha llegado a convencer de tal forma a facultativos  que algunos son capaces de proyectar cubiertas con escasa pendiente, atreviéndose a aseverar que cubriendo con chapa de zinc se asegura su impermeabilización, para eso también se atreven a decir que se deben de hacer las chapas de una sola longitud sea la que sea y para ello se basan en que algunos folletos expresan que las chapas se pueden hacer hasta de 12 metros de longitud. Tratándose de personas de recursos, se supone que de conocimientos de física van sobrados, pero aún siendo limitados en la materia, la simple lógica les podría aunque solo fuese disuadir de que es un error instalar chapas de más de entre 5 y siete metros. Pero bueno, siempre queda el recurso de la lámina, que “tambien es impermeabilizante” el caso es que si no llega la anchura de la carretera pues vamos por el arcén hasta “pegar la leche”.   Este no es un artículo científico, por eso me voy ahorrar vocabulario al respecto. Solamente decir que chapas de 7 metros de longitud en adelante corren serios riesgos de roturas y está demostrado, sí, la información es veraz. 
Si una estructura de cubierta no tiene pendiente suficiente, pues no se pone zinc y asunto concluido, que el zinc no lo puede todo. 

Cada fabricante   tiene estudiada su mejor fórmula para conseguir el objetivo que es que su producto sea el más demandado. Hablan de cubiertas frías, cubiertas calientes, zinc de diferentes peculiaridades. Un amplio surtido de variedades que no deja margen a la indecisión. Es decir, que toda la información está maquinada para hacernos convencer de que siguiendo escrupulosamente las  recomendaciones vamos a obtener magníficos resultados.
No hay prácticamente límites para   realizar cualquier tipo de cubierta con chapa de zinc, existen soluciones para todo, el caso es que la cubierta lleve zinc y a poder ser de la marca interesada. El caso es que la chapa de zinc para comercio, para cubiertas, se fabrica en unas condiciones y normas determinadas pero, cada fabricante parece ser que le da su toque particular y el de su casa siempre supera a los demás. En definitiva, que nunca nos van a decir que el zinc puede resultar ruinoso en breve periodo de tiempo, que puede corroerse, romperse, degradarse etc, etc.
No puede decir este autor   que el zinc no sea material apto para su utilización en cubiertas, es más, lo defiendo  como optimo y de muy buenas prestaciones. Pero siendo perfectamente servible, realizándose trabajos al dictado y consejos de fabricantes  ¿ por qué llegan a arruinarse muchas las cubiertas, por qué acusan diversidad de patologías que desembocan en imposibilidad de arreglo definitivo?

Tenemos  la magnífica oportunidad de comprobar resultados muy adversos que  llegan incluso a la ruina total de la cubierta, es decir, sin  ninguna  posibilidad de poder ser arreglados. Nuestras investigaciones nos llevan a la certeza del origen de las patologías que venimos encontrando. Por absurdo que parezca, tras una cubierta ruinosa, seguimos recomendando la chapa de zinc para arreglar la misma cubierta. Con esto queda despejada nuestra confianza, por el momento,  en la chapa de zinc y su empleo en cubiertas.
Al hilo de los resultados adversos; se da la circunstancia de que a la hora de pedir explicaciones sobre ciertos comportamientos injustos nadie sabe dar las convincentes explicaciones. Pongámonos en el caso: Una cubierta presenta cualquier anomalía, lo inmediato es una reparación exenta de la más mínima explicación. Reparaciones que por sistema se realizan sin darle la menor importancia y así se utilizan mayormente engrudos de masillas, siliconas o cualquier cosa que pueda pegarse a fin de tapar la grieta. Es decir, no se analiza el porqué se produjo la grieta, por tanto no se puede predecir el alcance final.
El deslumbramiento de tener una cubierta de zinc como algo de incuestionable calidad, ya que así nos lo han vendido,  conlleva a la comodidad, muchas veces confusa, de pesar que tenemos algo  inmaculado que de ningún modo nos va a acarrear problemas,   no siempre es así. La confianza nos descuida de hacer cualquier tipo de exploración o visualización de mantenimiento hasta que llega la sorpresa.
La chapa de zinc únicamente va a acusar defectos derivados de una mala ejecución, de incompatibilidades con los adyacentes y los menos causados por elementos que pueda portar la atmósfera y así definimos: mala ejecución como falta de oficio o incuria a la hora de ejecutar los trabajos. Incompatibilidades como contacto  de la chapa de zinc con elementos que van a provocar interacciones o formación de pilas en las que el zinc actúa como ánodo, elementos que pueda portar la atmósfera como ácidos volátiles orgánicos que depositados sobre la chapa interaccionen con ella provocando la corrosión.
Las consecuencias de los defectos mencionados son siempre la perdida, por zonas, de la impermeabilidad de la cubierta. En cualquiera de los casos, las patologías son de avance muy lento y comienzan por microscópicas fisuras, picaduras roturas que van a permitir tímidas filtraciones de agua que se suelen quedar custodiadas en las láminas que nos suelen recomendar, es decir, que no nos preocupan ya que ni las conocemos. Estas micro patologías van a iniciar un proceso de desgaste en la chapa progresando en aumento permitiendo cada vez más paso de agua, la que llega a vislumbrarse en el interior de las habitaciones. Sucediendo esto comienza el calvario de las reparaciones, que se irán sucediendo hasta terminar asumiendo la retirada de la cubierta ya que nadie sabe o quiere decir que pasó. El instalador que si el Arquitecto, el Arquitecto que si el fabricante, el fabricante que si el instalador, la atmósfera, el arquitecto o la providencia divina con tal de no asumir que se hizo una mala planificación y se realizó la cubierta de forma inadecuada aún siguiendo sus consejos. En la mayoría de los casos se tiene que cargar con el daño el mismo que lo sufre.

Si el zinc reúne todas las características, si se instala siguiendo las recomendaciones ¿qué motivos le llevan a la ruina? si existe el daño existe la causa,  por tanto  se tiene que conocer  y darla a conocer a riesgo de lo que ello conlleve.

Por los datos que tenemos, contamos con  la certeza de la incompatibilidad de las chapa de zinc con algunos elementos muy utilizados en las cubiertas. Tengamos en cuenta del escaso grosor de la hoja de zinc, se vienen empleando grosores mayormente de 0,65 mm. Cualquier merma de masa que se provoque en la chapa, debilita sustancialmente su resistencia. Si hablamos de corrosiones, hablamos de mordeduras que con su solo inicio, por el escaso grosor de la hoja,  pueden ser suficientes para originar una pequeña perforación. Evidente que a más grosor más tardanza en la perforación, entendiendo así que el grosor no exime de las incompatibilidades, en cualquier caso en raras veces se va a llegar a un grosor máximo de 0,8 mm.

Entre las más destacadas patologías nos encontramos las corrosiones. Hemos escrito multitud de artículos en la línea de las corrosiones en la chapa de zinc y porque se producen. Cierto es que los orígenes de las corrosiones pueden ser distintos pero siempre prima la incompatibilidad.

Hay algo que llama la atención:  se recomienda que el zinc ha de tener una cámara de aire interior que  se procurará con las más variopintas láminas, llama igualmente la atención que se promocionen las láminas adornándolas de majestuosidades, bueno que si no llevase lámina no pasaría nada, ya que existe zinc acabado por su parte interior con film que aseguran con absolutas garantías. A todo esto se las llama cubiertas frías, calientes y no sé si estarán en marcha las templadas. El caso, y ya lo comente, es que para el que lo vende, el zinc no tiene límites.  Si no se pone la lámina, que vale una pasta, hay que poner el zinc con film interior que también vale una pasta. Todo esto se traduce, a mínima reflexión, que en la parte interior del zinc, en la cámara oculta,  algún fenómeno puede haber oculto que si no se protege adecuadamente la chapa se arruina y claro, proteger adecuadamente la chapa aporta muy buenos beneficios económicos a quienes la venden , ya que sus láminas son las mejores y al instalador ya que tiene un buen repunte. ¿y si dijésemos que nuestros antepasados no conocían las láminas, que hacían cubiertas desde la absoluta humildad sin sofisticados artilugios y que las cubiertas duraban más que ahora? Ellos, nuestros antepasados instalaban zinc natural sin más y ahí están aún sus obras, eso sí, procuraban un buen soporte, un soporte compatible y se cuidaban de hacer excelentes soldaduras de estaño ya que no conocían las masillas, masillas   hasta tal punto empleadas  que forman parte del atuendo de muchos instaladores que han cambiado el soplete de estañar  por la máquina de aplicar masillas.
El zinc, demostrado está que es incompatible con los ácidos y ahí está una de las claves.

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Manuel Álvarez