PLANIFICACIÓN, ESENCIAL PARA LA INSTALACIÓN DE UNA CUBIERTA DE ZINC

Planificación, esencial

Una buena planificación es indispensable para acometer la instalación de una cubierta de zinc. Se ha de tener en cuenta su grado de complejidad, su grado de riesgo . la complejidad depende de la configuración de la cubierta, podemos estar ante una cubierta sencilla. compleja o muy compleja, lo que podríamos denominar de complicación   baja, media, alta. Tendremos muy en cuenta a la hora de valorar la complejidad el acceso que tenga la cubierta, muchas cubiertas no cuentan con ningún acceso y por añadidura son extremadamente complejas, ello va a dificultar posibles intervenciones o exploraciones de mantenimiento. En cuanto al riesgo, hemos de valorar la exposición y la ubicación de la edificación, tenderemos también en cuenta  la calidad de la atmósfera reinante.  Pongamos por ejemplos zonas urbanas,   rurales,  arbóreas, montañosas, de alta montaña. De esta forma definiremos una escala de riesgo extremo, alto, medio, bajo.  Conocidas las escalas de riesgo y complejidad  se planifica detalladamente la instalación.  De esta forma obtendremos los mejores resultados.

Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!

La cubierta es una de las partes más importantes en la edificación , sin embargo se las presta demasiado poco interés.

A la vista de la gran cantidad de carencias que se vienen observando en las cubiertas, no cabe la menor duda de que se han realizado con escasos conocimientos, que por no saber, no se han planificado adecuadamente. Se echa de menos la falta de directrices básicas en la mayoría de los proyectos, dedican muy poco texto al apartado cubiertas.  Muchos  proyectos se completan con datos genéricos sin ninguna cabida en la obra a la que van destinados. Ello va a dar pie a eso de la “arquitectura del día después” a la improvisación, a los consejos del que con la palabra de “esto lo llevo haciendo muchos años” el instalador termina haciendo lo que le da la gana o como le da la gana con tal de salvar el presupuesto.
Ayudaría mucho el convencerse de un par de cosas, primero; que el zinc es perfectamente servible para acabar una cubierta y segundo; que es un metal y que responde como tal acusando dilataciones, oxidaciones, tensiones etc, es  muy vulnerable , sumando   que utilizamos   chapa demasiado fina.  Esto nos lleva a deducir que para manejar técnicamente la chapa de zinc hay que gozar de no pocos conocimientos.

Para la instalación de una cubierta de zinc ha de contarse con dos figuras principales que son el técnico y el instalador. En realidad el técnico debe ser instalador y  no necesariamente el instalador tiene que ser técnico.

El técnico instalador ha de tener conocimientos amplios de  física, química, geometría y matemáticas como mínimo.  Ello le permitirá   conocer internamente el zinc , conocer sobre  sus reacciones y el ulterior comportamiento del mismo, así como conocer la calidad de los adyacentes que se hayan de utilizar.  A la vez podrá calcular y desarrollar gráficamente cualquier tipo de remate que se le presente. Saber del oficio le va a permitir al técnico resolver cualquier  exigencia , realizando los detalles más apropiados que  se adapten a las vario pintas situaciones que en la obra se suceden. Conocidos todos los detalles y planificada debidamente la obra, es determinante la figura del instalador, pues él va a ser quien con su destreza, maestría y saber,  culminará la instalación siguiendo el plan previamente diseñado. El Técnico no puede ser ajeno a la instalación, pues ha de verificar escrupulosamente  la conversión en realidad de sus detalles. No podemos olvidar la figura del Arquitecto que previamente tuvo que verificar y aceptar los planes de ejecución.

Solo así se podrá realizar una cubierta con plenas garantías, que de haber cualquier fallo se identificaría de inmediato al autor para poner el consiguiente remedio, de lo contrario los fallos pueden producirse pero la identificación del culpable siempre es dificultosa y los remedios en la mayoría de los casos inválidos .

M. Álvarez